El clima en el Manchester United está más tenso que nunca tras la derrota por 1-0 ante el Tottenham Hotspur en la final de la UEFA Europa League. Lejos de calmarse, el resultado encendió una fuerte disputa entre el delantero Alejandro Garnacho y el entrenador Rúben Amorim, marcada por declaraciones cruzadas que evidencian una relación fracturada.

La crisis en el vestuario

“Es duro para todos después de esta temporada que fue un desastre. Perdimos la final y en la liga no le ganamos a nadie. Fue muy duro. Vamos a intentar terminar y ver qué pasa”, expresó Garnacho visiblemente afectado. Además, cuestionó su rol en el partido: “Jugué toda la Europa League y hoy solo 20 minutos… no sé”. Estas palabras dejaron entrever que su futuro en el club está en duda, generando aún más incertidumbre en el entorno de los ‘Red Devils’.

Lejos de evitar la polémica, Amorim respondió de manera directa: “Es fácil decirlo ahora. ¿Quién falló una ocasión clara en la semifinal? Garnacho. Así es el fútbol”, disparó el técnico portugués. Sobre su propio futuro, añadió: “Si la junta cree que no soy el indicado, me voy sin indemnización. Pero no voy a dimitir, confío en mi trabajo”.

 Tensión creciente

La disputa escaló cuando Robert Garnacho, hermano y representante del jugador, publicó en redes sociales: “Trabajando como un profesional, ayudando en cada partido, marcando en las últimas finales, solo para jugar 19 minutos y ser tirado debajo de un autobús. ¡Guau!”. Este mensaje reflejó el malestar familiar y avivó aún más la crisis interna.

Con el equipo fuera de competiciones europeas la próxima temporada y en el puesto 16º de la Premier League, el Manchester United atraviesa una crisis deportiva e institucional. La continuidad tanto de Garnacho como de Amorim parece estar en la cuerda floja. El mercado de verano podría traer definiciones clave en un club que, hoy por hoy, no encuentra rumbo.