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La emotiva reacción de Nikola Jokic: una carrera de caballos hace llorar a la estrella de la NBA
Nikola Jokic lo ha ganado todo en la NBA, pero nada conmueve tanto al astro de los Nuggets como un final emocionante en la pista de carreras, y este verano, Serbia fue testigo de su triunfo más puro.
Un domingo cálido de julio en el Hipódromo de Subotica, Serbia, Nikola Jokic no fue el MVP de la cancha, sino de los establos. El gigante de los Denver Nuggets—famoso por su estoicismo incluso en las Finales de la NBA—rompió en llanto cuando su preciado caballo, Demon Dell'Est, ganó la emblemática carrera Dužijanac 2025.
A Nikola Jokic se le llenaron los ojos de lágrimas en cuanto su caballo cruzó la línea de meta, una muestra de emoción pública poco común para alguien al que suelen comparar con una máquina por su compostura en la cancha.
Más tarde, Jokic confesó que esta victoria le provocó “más emoción que cualquiera de mis triunfos en el básquet.” Corrió hacia la valla, abrazó con fuerza a su caballo y a su equipo, y descorchó una celebración con champán que rápidamente se volvió viral—en marcado contraste con su contenida reacción al ganar el campeonato de la NBA con los Nuggets.
Un amor de toda la vida más fuerte que el básquet
La devoción de Jokic por las carreras de caballos no es algo nuevo. Desde niño, el serbio ha dividido su tiempo entre la cancha y el establo, y atribuye a la modesta cuadra de su familia en su ciudad natal las lecciones más valiosas de su vida.
Incluso como tres veces MVP, Jokic es conocido por pasar los veranos en Sombor, cambiando los tiros de tres por el trabajo minucioso con sus caballos. Ha descrito las carreras como “el mejor deporte del mundo” y ha confesado en entrevistas que la emoción y la camaradería del hipódromo superan incluso sus mejores momentos en la cancha.
Tras varias postemporadas, Jokic ha evitado los desfiles de la NBA para volver cuanto antes a casa y sumarse a la temporada de carreras—una devoción que sus entrenadores y compañeros ya respetan e incluso celebran. La victoria de este verano solo confirmó esa reputación, recordándole al mundo que su corazón late más fuerte por sus caballos que por los trofeos.
Humanidad más allá del héroe
A pesar de su dominio atlético, fue la vulnerabilidad de Jokić lo que conmovió a fanáticos de todo el mundo. Mientras se viralizaban los videos de su celebración empapada en champán y sus lágrimas sinceras, las redes sociales estallaron: tal vez, en esos momentos fuera de la cancha, Nikola Jokić vive su versión más auténtica. Allí, el mejor jugador de baloncesto del mundo se convierte en un simple entusiasta del hipódromo, persiguiendo la adrenalina de un final perfecto y la satisfacción profunda que solo sus caballos le brindan.
En Serbia, como en Denver, la leyenda de Jokić sigue creciendo. Pero en el hipódromo, rodeado de amigos, familiares y los caballos que ama, encontró una victoria y una alegría que son solo suyas.