Cómo Cooper Flagg demostró que es más que un novato en la Summer League
Después de destacar en la Summer League, Cooper Flagg buscó un juego más para demostrar que su ascenso en Dallas no es casualidad, sino fruto de talento y esfuerzo.
La selección de Cooper Flagg por los Dallas Mavericks en la cima del Draft NBA 2025 fue más que una apuesta por su potencial; fue una apuesta por su actitud y determinación.
El recorrido de Flagg en la Summer League de Las Vegas ejemplificó ese espíritu: el alero de 18 años comenzó con un partido complicado de 10 puntos y 5 de 21 en tiros contra los Lakers, pero se recuperó con fuerza espectacular, anotando 31 puntos en el segundo juego frente a los Spurs.
En solo dos partidos, jugó casi 63 minutos, mostró habilidades de alero organizador y cambió la narrativa de su verano de dudas a certezas.
“No quiero que la gente piense que el buen partido fue casualidad”
Lo que sucedió después llamó la atención más allá de las estadísticas. A pesar del plan de los Mavericks de dejarlo fuera tras dos juegos, Flagg supuestamente pidió una oportunidad más para salir a la cancha: “No quiero que la gente piense que el buen juego fue casualidad,” les dijo a entrenadores y directivos de Dallas, según varios informes.
Los Mavericks se rieron y rechazaron su pedido—querían proteger a su primera selección para la temporada—pero el mensaje para compañeros, cuerpo técnico y fans fue claro: la motivación de Flagg es tan real como su talento.
Esa mentalidad coincide con lo que han visto dentro de la organización de los Mavs desde la noche del draft: un competidor incansable cuyo ética de trabajo supera incluso su muy publicitado talento. Historias del personal del equipo y reporteros nacionales repiten el mismo tema—Flagg siempre busca mejorar y está ansioso por el próximo desafío.
Dallas encontró a su pieza clave
La solicitud de Flagg para un tercer partido en la Summer League se volvió símbolo de su enfoque. Ya demostró que asumirá responsabilidades (haciendo tareas de base con Kyrie Irving fuera), superará la adversidad (recuperándose de un mal debut) y presionará por más, incluso cuando el cuerpo técnico quiere frenar.
En una liga que a menudo valora el espectáculo más que la sustancia, la insistencia de Flagg en ganarse su lugar a la manera difícil es un mensaje para sus compañeros y una advertencia para el resto de la NBA.
La temporada regular será su verdadera prueba, pero después de Las Vegas no hay dudas: la ambición de Cooper Flagg es tan grande como su juego, y los Mavericks podrían haber encontrado a su futura superestrella.