En una liga marcada por la brevedad de los mandatos y el constante cambio, los 11 años de Steve Kerr al mando de los Golden State Warriors destacan no solo por su duración, sino por su innegable éxito. Aunque el currículum de Kerr presume de cuatro títulos de la NBA y una reputación de innovación, él es categórico al atribuir su permanencia a una figura clave: Steph Curry.

Recientemente, Kerr admitió en el Glue Guys Podcast: “Soy muy consciente de que la razón por la que sigo aquí es porque Steph Curry sigue aquí. No estoy siendo modesto, solo digo la verdad.”

Kerr se unió a los Warriors en 2014, un equipo al borde de la verdadera contienda. Todo cambió con el ascenso de Curry, que convirtió a los Dubs en una potencia moderna.

Kerr, al igual que Gregg Popovich al rendir homenaje a Tim Duncan, insiste en que hay cierta suerte al conseguir al superestrella adecuada, cuya combinación de humildad, alegría y competitividad puede sostener a un equipo a través de todos los altibajos.

Sociedad basada en confianza, evolución y empoderamiento

El vínculo de Kerr con Curry va más allá de las victorias y de la táctica. El entrenador describe la relación como una “asociación” marcada por la estabilidad y la continuidad, bienes escasos en la NBA actual.

La excelencia constante de Curry ha proporcionado a Kerr una base sólida en medio de reestructuraciones de plantilla, lesiones y la presión psicológica de las expectativas de campeonato. Esa estabilidad, dice Kerr, “simplemente hace que el trabajo de todos sea más fácil”.

Pero Kerr también atribuye su permanencia a su disposición para evolucionar. El juego cambia rápidamente—con nuevos perfiles de jugadores, estrategias y dinámicas de equipo que exigen adaptación constante. Colaborar con asistentes más jóvenes y empoderar a su personal ha sido esencial, reconociendo que los entrenadores jóvenes a menudo aportan “ideas que te mantienen fresco”.

Asimismo, aprovecha las opiniones de los jugadores, fomentando una cultura donde las voces importan y la innovación prospera. Para Kerr, la actitud de Curry marca el tono y mantiene unificado el vestuario incluso cuando las estrellas se marchan o cambian las alineaciones.

El modelo para una dinastía moderna de la NBA

Con Curry como su pieza central, la filosofía de Kerr—que enfatiza libertad, confianza, comunicación y aprendizaje colaborativo—ha florecido. Cuatro anillos entre 2015 y 2022, un MVP de las Finales para Curry y numerosos momentos memorables han construido un legado de los Warriors que se centra tanto en la cultura como en el talento.

La humildad de Kerr sobre su rol se refleja en la generosidad y alegría de Curry por el juego, un modelo para un éxito sostenible y generacional.

Mientras los Warriors buscan seguir siendo contendientes incluso con el paso del tiempo en la carrera de Curry, Kerr sabe que está viviendo el sueño de todo entrenador. “Si no tuviera a Steph, habría sido como cualquier otro entrenador de la NBA: duraría unos años y luego me iría a otro equipo.”

Es una asociación que sigue impulsando las historias y ambiciones de una franquicia campeona.