La profunda preocupación de Vinicius Jr. tras la dura derrota ante Argentina
El golpe ha sido fuerte para Brasil. La Seleção sufrió una humillante derrota por 4-1 ante Argentina en las eliminatorias rumbo al Mundial de 2026, en un partido que dejó en evidencia la crisis que atraviesa el equipo dirigido por Dorival Junior. Con este resultado, la Albiceleste consolidó su dominio sobre su eterno rival, ampliando su racha invicta ante los brasileños desde 2019.
Vinicius Jr. pide una reflexión urgente
Tras la derrota en el Monumental de Buenos Aires, Vinicius Jr., una de las figuras del equipo, no ocultó su preocupación y pidió una profunda revisión del momento que atraviesa Brasil. "No hay mucho que decir. Jugamos muy mal y Argentina hizo un gran partido frente a su gente. Tenemos que repensar todo lo que estamos haciendo", declaró el atacante del Real Madrid ante la prensa.
El jugador recordó que queda poco tiempo para la próxima Copa del Mundo y que no quiere repetir el trago amargo del Mundial de 2022, cuando Brasil fue eliminado en los cuartos de final ante Croacia. "Nos queda solo un año para preparar la Copa del Mundo. Ya jugué una y no quiero perder otra vez", afirmó con seriedad.
Brasil, golpeado pero aún con opciones
A pesar de la dolorosa derrota, la situación en la tabla de las eliminatorias no es alarmante. Brasil se mantiene en la cuarta posición, igualado en puntos con Paraguay y Uruguay, y dentro del grupo de selecciones que clasifican directamente al Mundial. Sin embargo, el golpe recibido frente a Argentina ha encendido las alarmas y ha dejado en evidencia la falta de solidez del equipo.
Para Vinicius Jr., es fundamental que se produzcan cambios en la selección si quieren recuperar su prestigio. "Debemos hacer muchas cosas diferentes para construir un gran equipo. Todos sabemos el peso de esta camiseta y la responsabilidad que implica", señaló el delantero, dejando en claro que el equipo necesita mejorar tanto en el juego como en la conexión con los aficionados.
La Seleção deberá recomponerse rápido y encontrar una identidad de juego que le permita competir al más alto nivel. Con el tiempo en contra y el orgullo herido, Brasil tiene la obligación de levantar cabeza y demostrar que sigue siendo una potencia en el fútbol mundial.