El nuevo Mundial de Clubes, que coronó al Chelsea como el primer campeón de la historia en este formato ampliado, será recordado por mucho más que el fútbol. Desde la inauguración hasta la gran final, el verdadero protagonista fue Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos, quien se adueñó de los focos con su estilo habitual.

La escena más comentada llegó al momento de la premiación. Mientras Gianni Infantino, presidente de la FIFA, pedía a Trump que bajara del escenario, el magnate se mantuvo firme, sonriendo y aplaudiendo junto a los jugadores ingleses. Incluso Reece James, capitán del Chelsea, lo observó atónito, sin entender qué hacía ahí.

El trofeo… en la Casa Blanca

Pero la historia no terminó en la ceremonia. En una entrevista concedida a DAZN el mismo día de la final, Trump reveló que el trofeo original del Mundial de Clubes está en el Despacho Oval. Según sus palabras, durante la presentación del torneo le pidió a Infantino quedarse un tiempo con el trofeo. La respuesta del presidente de la FIFA fue aún más sorprendente: “No vamos a recogerlo nunca, puedes tenerlo para siempre. Vamos a hacer uno nuevo”.

De este modo, el trofeo que levantó Chelsea como campeón ya no sería el original, sino una réplica. Mientras tanto, el verdadero galardón descansa ahora en la oficina presidencial más poderosa del mundo.

Un mensaje de unidad

Para cerrar, Trump elogió a Infantino y celebró la llegada de la FIFA al país, no solo por este Mundial de Clubes sino por la Copa del Mundo 2026, que se jugará junto a México y Canadá. “Se trata de unidad, de amor entre países. Este es el deporte más internacional del mundo… puede unir al planeta”, afirmó.

Entre política, show y fútbol, Donald Trump volvió a demostrar que donde pone un pie, nada pasa desapercibido. Ni siquiera el trofeo más preciado del fútbol de clubes.