Una imagen que dice más que mil palabras

El Real Madrid vivió una de sus noches más negras en el Mundial de Clubes. En semifinales, el equipo de Xabi Alonso fue aplastado 4-0 por un Paris Saint-Germain muy superior, y entre el desastre colectivo, Vinicius Junior se llevó todos los reflectores… pero no por las razones correctas.

¿Qué pasó?

Corría el minuto 64 cuando Vinicius fue sustituido por Brahim Díaz, tras una actuación bastante gris, más tirándole a mala y completamente desconectada. No logró marcar diferencia ni encarar con peligro, y se mostró más frustrado que comprometido.

Sin embargo, lo más llamativo ocurrió minutos después. Las cámaras captaron al brasileño riendo con total soltura en el banquillo, como si estuviera en una tarde cualquiera con amigos. La escena, sacada de contexto o no, cayó como una bomba entre los aficionados merengues.

Indignación blanca

Las redes sociales explotaron. Decenas de mensajes, críticas y reclamos apuntaron directamente al brasileño, cuestionando su compromiso y respeto por el escudo. “No siente la camiseta”, “no le importa perder” o “fuera del Madrid ya”, fueron algunos de los comentarios más repetidos.

Para un club como el Real Madrid, donde la exigencia es máxima, la actitud pesa tanto como el talento. Y en esa ecuación, Vini empieza a quedar en deuda.

Una temporada para el olvido

Lo más preocupante es que esta no es una reacción aislada, sino el reflejo de una campaña muy por debajo de las expectativas. En 43 partidos oficiales, Vinicius apenas suma: 14 goles y 11 asistencias, repartidos entre todas las competencias.

Números flojos para quien estaba llamado a ser el nuevo líder del equipo tras la salida de Karim Benzema. La actitud de Vinicius deja tanto que desear como su desempeño dentro del campo. El Madrid lo necesita en su mejor versión… y no riéndose mientras el equipo se derrumba.