Cuando Achraf Hakimi salió del Real Madrid en 2018, era apenas un joven con ganas de comerse el mundo. Lo logró. Tras brillar en el Dortmund, el Inter y ahora en el PSG, el lateral marroquí se consolidó como uno de los mejores en su posición. Y ahora, en un escenario de élite como las semifinales del Mundial de Clubes 2025, volverá a enfrentar al club que lo formó.

Pero no será un partido más. Es una prueba de madurez, una revancha emocional y deportiva. El propio Hakimi lo resume con claridad: “Es una bonita responsabilidad ser favoritos. Nos lo hemos ganado”.

Una temporada histórica

Los números no mienten: en la campaña 2024-25, Hakimi suma 11 goles y 15 asistencias en todas las competiciones. Con su última asistencia a Dembélé ante el Bayern, alcanzó 26 participaciones directas en gol, un récord histórico para un defensor que rompe moldes. Superó incluso la marca de Dani Alves en el Barça de Guardiola.

Pero más allá de los números, su impacto se nota en cada jugada: velocidad, inteligencia táctica y liderazgo silencioso. “El míster me ha dado una libertad que me ha hecho mejorar bastante”, reconoció en referencia a Luis Enrique.

¿Una advertencia al Madrid?

El PSG llega a esta semifinal como campeón de Europa y en plena forma colectiva. Pero en lo individual, pocos llegan tan enchufados como Hakimi. El Madrid ya no verá a ese joven del Castilla que se marchó hace siete años. Hoy se topará con un jugador hecho y derecho, que llega con hambre de título y con ganas de mostrar que el club blanco tal vez lo dejó ir demasiado pronto.