Bajo el mando de Pep Guardiola, el City comenzó el año como favorito en todas las competiciones, pero lo terminó con las manos vacías, sufriendo derrotas de alto perfil en la Premier League, la Champions League, la FA Cup y el Mundial de Clubes de la FIFA. El colapso abrupto ha dejado a aficionados y analistas preguntándose si la era Guardiola está entrando en su acto final.

Desplome en la Champions League y la Premier League

La campaña del Manchester City en la Champions League comenzó con optimismo, pero rápidamente se convirtió en una decepción. Tras una fase de grupos poco convincente, el City se enfrentó al Real Madrid en la ronda de playoffs y fue superado con claridad, cayendo 6-3 en el global.

Las derrotas ante el Sporting de Portugal y el Paris Saint-Germain durante la fase de grupos solo evidenciaron la falta de consistencia que marcó al equipo durante toda la temporada. Guardiola, quien ha convertido la Champions en una prioridad desde su llegada a Mánchester, admitió que la eliminación temprana fue “dolorosa e inaceptable para un club con nuestras ambiciones”.

Lesiones clave de jugadores como Rodri, John Stones y Phil Foden expusieron la falta de profundidad de la plantilla, y los nuevos fichajes no lograron tener un impacto inmediato. Al final de la temporada, el City terminó en un distante tercer lugar, a 17 puntos del campeón Liverpool. Los comentarios de Guardiola al cierre del curso reflejaron cierto arrepentimiento: “Tal vez deberíamos haber hecho más en el mercado de fichajes, pero confiamos en este grupo. Este año, no fue suficiente.”

Desilusión en la final de la FA Cup y desastre en el Mundial de Clubes

La FA Cup había sido a menudo una fuente confiable de títulos para el City de Guardiola, pero esta temporada ni siquiera ese consuelo llegó. El equipo alcanzó la final en Wembley, solo para ser superado por un inspirado Crystal Palace. Un gol de Eberechi Eze en el primer tiempo resultó decisivo, y el portero Dean Henderson se lució con una serie de atajadas, incluida una parada clave en un penal ejecutado por Erling Haaland.

El golpe final llegó en el Mundial de Clubes de la FIFA, donde se esperaba que el City reafirmara su dominio global. En cambio, sufrió una sorprendente derrota por 4-3 en tiempo extra ante el campeón saudí Al Hilal en los octavos de final.

A pesar de adelantarse temprano con un gol de Bernardo Silva, el City encajó tres tantos en el segundo tiempo y, tras empatar momentáneamente el encuentro, fue sentenciado por un gol de Marcos Leonardo en el minuto 112.

La derrota no solo acabó con las esperanzas del City de añadir un nuevo trofeo a sus vitrinas, sino que también expuso las fragilidades defensivas y la falta de contundencia que los persiguió durante toda la temporada. El resultado fue descrito por The Guardian como “el punto más bajo de la era Guardiola”.

Mientras el club busca reagruparse, la atención se centrará en si Guardiola puede inspirar un nuevo resurgimiento—o si esta temporada marca el inicio del fin de una de las dinastías más exitosas del fútbol moderno.