A unos días de cerrar su ciclo como entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti habló sin filtros sobre lo que considera fue la verdadera causa del fracaso deportivo del club en la temporada 2024/25. Y lejos de apuntar a la actitud o la falta de ambición, el técnico italiano fue claro: las lesiones en defensa marcaron la diferencia.

No fue cuestión de fe, fue cuestión de bajas

En rueda de prensa previa al duelo ante el Sevilla, Ancelotti descartó que el equipo blanco haya perdido competitividad por falta de convicción:
“No ha sido un problema de creerlo, porque este equipo ha creído muchas veces cuando nadie más lo hacía. Las remontadas nacen de ahí”, explicó.

Sin embargo, el técnico más laureado en la historia del club fue contundente sobre lo que realmente afectó al rendimiento colectivo:
“La clave han sido las lesiones en la parte defensiva. Han sido muchas y de jugadores muy importantes. En el último partido contra el Barcelona, faltaban los cuatro centrales titulares con los que arrancamos la temporada”.

El Real Madrid cerrará la campaña sin levantar LaLiga, ni Champions, ni Copa del Rey, algo inusual para un club con sus aspiraciones.

Defensa a sus jugadores y despedida con clase

A pesar del mal año, Ancelotti se negó a criticar a sus futbolistas. “Nunca criticaré a jugadores como Valverde, Vinícius, Rodrygo o Courtois. Me han dado muchas alegrías. Son los mejores, incluso si a veces no han estado en su mejor versión”.

Con su llegada ya confirmada como nuevo seleccionador de Brasil, ‘Carletto’ encara su última semana como técnico madridista, con partidos ante Sevilla y Real Sociedad. “Quería disfrutarlo peleando por LaLiga hasta el final, pero igual lo voy a disfrutar. Y después, a preparar otro desafío”, señaló con serenidad.

Incluso se permitió bromear cuando fue consultado por su nuevo rol en la Canarinha: “¿Cómo están en Brasil? ¿Bien?”, soltó entre risas, consciente de las críticas que ha generado su nombramiento.

A su estilo, con elegancia y sin drama, Ancelotti empieza a cerrar una etapa que lo consolidó como una leyenda en los banquillos del Santiago Bernabéu.