El mundo de la lucha libre se encuentra de luto tras la muerte de Hulk Hogan, una de las estrellas más importantes en la historia de la WWE, a la edad de 71 años.

Terry Gene Bollea se convirtió en un fenómeno gracias al espectáculo que ofrecía arriba del ring durante sus peleas, pero abajo de él enfrentó otros retos. Su vida fuera del cuadrilátero estuvo marcada por polémicas, adicciones y escándalos públicos que mancharon el legado que construyó en la WWE.

Adicción tras el dolor físico

En una entrevista para Muscle And Health en 2023, Hogan reveló su dependencia a los analgésicos, una consecuencia de múltiples intervenciones quirúrgicas a lo largo de su carrera. “Iba a la farmacia como un perro persiguiendo un hueso”, reconoció que “tomaba analgésicos compulsivamente porque había tenido que aguantar 25 operaciones”. Según detalló, se sometió a 10 cirugías en la espalda, además de operaciones faciales por patadas, reemplazos de rodilla y cadera, así como procedimientos abdominales y de hombro.

El dolor que sufría era tan constante que apenas y su cuerpo podía funcionar. “Cuando te operan la espalda, el cuerpo necesita al menos un año para recuperarse, pero me estaban operando cada cuatro meses”, aseguró. Aunque al principio el uso de medicamentos fue necesario, Hogan admitió que continuó tomándolos incluso cuando ya no lo era.

Lucha personal contra el alcohol

Además de los analgésicos, Hulk Hogan también enfrentó el alcoholismo, una batalla que logró vencer a principios de 2023. Explicó que logró mantenerse sobrio a pesar de la presión social, incluso la de colegas dentro del medio. Afirmó que el uso del cannabidiol fue clave para mantenerse firme, con la mente despejada y sin tentaciones por volver a beber.