Lando Norris aseguró su primer título mundial de Fórmula 1 en un final tenso en Abu Dabi, terminando tercero el domingo y superando a Max Verstappen por apenas dos puntos en la clasificación. Horas después, el piloto de McLaren cambió el mono de carrera por ropa de fiesta.

Según informes de España y Reino Unido, Norris había planeado inicialmente reunirse con familiares y amigos en un local del complejo Shangri-La alrededor de las 9 p.m., pero una intensa agenda de medios posteriores a la carrera lo mantuvo en el circuito hasta pasada la medianoche.

Cuando finalmente llegó, el personal ya estaba terminando labores, lo que llevó a su séquito a trasladar la celebración al legendario Amber Lounge del W Hotel, junto a Yas Marina.

Una noche de 100,000 libras para recordar

Amber Lounge ha sido durante mucho tiempo la línea de meta no oficial de la temporada de F1, un club VIP donde se reúnen pilotos, miembros de equipos y celebridades una vez que la presión en pista disminuye.

Informes locales y tabloides británicos afirman que cada mesa reservada en la edición de Abu Dabi costaba alrededor de 20,000 libras, cifra que se multiplicó rápidamente cuando el grupo de Norris ocupó un área privada y celebró hasta las 6 a.m.

Una fuente citada en esos reportes estimó la cuenta final en unas 100,000 libras, describiéndola como una noche que nadie presente olvidaría, especialmente quien pagó la factura. Videos de la fiesta muestran a Norris liderando cantos de himnos de estadio junto a su novia Magui Corceiro, familia, amigos y compañeros de equipo, convirtiendo el lounge en un concierto improvisado de victoria.

Canciones, momentos familiares y un campeón finalmente soltando tensiones

Clips compartidos en redes sociales capturaron a Norris en el escenario, micrófono en mano, entonando los favoritos del público mientras aún llevaba los colores de McLaren y una amplia sonrisa. En varios momentos virales, se le ve cantando Sweet Caroline y luego una versión de We Are the Champions, rodeado de familiares y miembros del equipo, subrayando cuánto significaba el título tras años de oportunidades fallidas.

Otro video que circula en línea muestra a Norris riéndose de los entusiastas pasos de baile de su padre en la zona VIP, un vistazo poco habitual del piloto normalmente sereno simplemente disfrutando del momento.

Para McLaren y su nuevo campeón mundial, la cuenta de seis cifras se sintió como el cierre final de una temporada de cuento: una larga noche en Abu Dabi donde años de presión finalmente dieron paso a una celebración sin filtros.