Lando Norris soportó una primera mitad agotadora en la que Oscar Piastri lo superó de manera constante, alcanzando un déficit máximo de 34 puntos tras la falla mecánica en el Gran Premio de Países Bajos que le dio la ventaja a su compañero.

Tras Zandvoort, alcanzó un mínimo personal, lo que lo llevó a un trabajo intensivo fuera de pista para desarrollar resiliencia y extraer cada ventaja posible de sí mismo y del McLaren. Ese reinicio impulsó dos victorias y cuatro podios después del receso, transformando la presión en precisión mientras recuperaba impulso rumbo a Abu Dhabi.

Piastri presionó a Norris más que nadie, obligando al veterano a evolucionar mediante la rivalidad directa, afinando su habilidad en pista y compostura bajo presión.

Dominando la presión en el decisivo de Abu Dhabi

En la final de temporada, Norris clasificó segundo pero cayó al inicio, para luego abrirse paso metódicamente entre el tráfico, incluyendo una audaz maniobra en la recta trasera sobre Yuki Tsunoda, asegurando el tercer puesto detrás del ganador Max Verstappen y el subcampeón Piastri.

Ese podio le dio los 423 puntos necesarios para superar a Verstappen por dos y a Piastri por 13, marcando el primer título de pilotos de McLaren desde 2008 en un final de temporada a tres bandas. Norris se mantuvo enfocado en el proceso, evitando hacer cálculos del campeonato hasta la bandera a cuadros para controlar los nervios durante tensas paradas en boxes y ataques finales.

Su crecimiento se evidenció en intercambios de radio más tranquilos y una defensa imperturbable, rasgos que los comentaristas notaron como un día y noche respecto a momentos anteriores llenos de presión.

Lecciones de los rivales y camino a seguir

Norris agradeció abiertamente a Piastri por exponer sus debilidades, reconociendo al australiano junto a sus antiguos compañeros Carlos Sainz y Daniel Ricciardo por forjar su mentalidad de campeón.

El duelo interno de McLaren elevó a ambos pilotos a siete victorias cada uno, pero el dominio de Norris en los enfrentamientos directos hacia el final de la temporada resultó decisivo. De cara al futuro, busca defender la corona con la misma hambre, viendo los márgenes mínimos como prueba de que la fortaleza mental prevaleció sobre la pura velocidad.

Este triunfo consagra a Norris como el 35º campeón mundial, recompensando años de casi victorias con una historia de dominio personal que redefinió su carrera.