La grave lesión de Jamal Musiala durante el partido entre el Bayern Múnich y el Paris Saint-Germain en los cuartos de final del Mundial de Clubes no solo encendió las alarmas médicas, sino también el debate sobre la jugada que la provocó. Mientras Manuel Neuer criticó duramente a Gianluigi Donnarumma por su intervención, el arquero del Real Madrid, Thibaut Courtois, optó por defender a su colega italiano.

Courtois responde a Neuer: "No se puede culpar así a un portero"

La acción que terminó con Musiala lesionado del tobillo izquierdo fue calificada por Neuer como “una entrada innecesaria”. Según el capitán del Bayern, Donnarumma asumió un riesgo que pudo evitarse, y además, se mostró molesto porque el portero del PSG no se acercó de inmediato a interesarse por el estado del jugador alemán.

Sin embargo, Courtois, quien acababa de disputar las semifinales con el Real Madrid tras vencer 3-2 al Borussia Dortmund en Nueva Jersey, tomó una postura distinta y defendió la reacción de Donnarumma.

“Culpar a Donnarumma por lo que pasó me parece excesivo. Los arqueros vamos a disputar el balón, igual que los delanteros cuando vienen a nuestros pies sin pensar si nos van a golpear”, señaló el belga.

Courtois también quiso dejar claro que la acción no fue malintencionada:

“Fue muy mala suerte. Él salta por el balón, y en ese momento Musiala gira y se le queda el pie atrapado. Son cosas que pasan. Estoy seguro de que a Donnarumma le dolió tanto como a cualquiera”.

El guardameta merengue pidió comprensión ante este tipo de jugadas que, aunque impactantes, son parte del riesgo natural del fútbol:

“Cuando eres compañero, es normal que te duela y critiques, pero el portero tiene que salir. No era una acción evitable desde su posición”.

Con Musiala fuera por varios meses tras ser diagnosticado con fractura de peroné y dislocación de tobillo, el debate sobre la responsabilidad en este tipo de acciones sigue abierto. Lo que queda claro es que, entre la crítica de Neuer y la defensa de Courtois, el fútbol vuelve a mostrar cómo una sola jugada puede dividir opiniones incluso entre los grandes del arco.