El Real Madrid se juega mucho más que tres puntos en su próximo duelo ante el Mallorca. Si no gestiona con extremo cuidado su plantilla, plagada de bajas, podría incurrir en una alineación indebida que le costaría el partido por 0-3, tal como lo establece el artículo 246 del Reglamento General de la RFEF.

Solo diez del primer equipo disponibles

Las ausencias afectan a todas las líneas. No estarán disponibles Carvajal, Alaba, Rüdiger, Militao, Mendy, Lucas Vázquez, Camavinga, Tchouaméni (por sanción), Vinícius, Rodrygo, Lunin ni Brahim Díaz, este último descartado por lesión en el aductor. Esto deja a Ancelotti con solo diez futbolistas del primer equipo: Courtois, Fran García, Vallejo, Bellingham, Valverde, Modric, Arda Güler, Ceballos, Mbappé y Endrick.

El mayor riesgo está en la defensa. Solo Vallejo y Fran García son defensas naturales del primer equipo. Ancelotti probablemente tenga que improvisar, quizá con Valverde como lateral, lo que debilitaría el mediocampo. Si Courtois sufriera algún contratiempo, entraría un portero del filial, lo que obligaría a realizar ajustes para no violar la normativa.

El fantasma del caso Cheryshev y Ancelotti, en modo ajedrecista

El recuerdo de la alineación indebida de Cheryshev en 2015 todavía pesa en el club. Si el equipo se queda con menos de siete jugadores del primer equipo en el campo en cualquier momento, el árbitro suspendería el encuentro y se daría el triunfo al Mallorca. En ese caso, el Barcelona se proclamaría campeón de LaLiga, sin importar su resultado de esta jornada.

La situación exige a Ancelotti un auténtico ejercicio de estrategia milimétrica. Cada cambio, cada sustitución, cada gestión de minutos deberá ser calculada al detalle. No hay margen de error: una decisión mal ejecutada podría ser letal.

Así, el título de LaLiga podría definirse no por un gol ni por una jugada clave, sino por una cuestión reglamentaria. El Real Madrid está obligado a rozar la perfección fuera del campo si no quiere perderlo todo en los despachos.